Una verdadera
historia de horror sin parámetros al menos en la historia más reciente de casos
judiciales en la provincia como el crimen de Daiana
Marisel Ojeda,
cuyo cuerpo fue encontrado luego de dos años, enterrado debajo de la cama del
dormitorio que ocupaban su madre y padrastro en una humilde vivienda de Fuerte
Esperanza, en el corazón de El Impenetrable, comenzará a ventilarse hoy en la
Cámara Primera en lo Criminal de esta ciudad mediante sala unipersonal a cargo
del juez Rodolfo Lineras.
El inicio
del debate está previsto para las 8,30 en la sala de audiencias e intervendrán
como partes la fiscal María Rosa Osicka y los defensores oficiales Simón
Bosio
en representación de Manuela More, madre de la víctima y Ariel Juárez quien se
hizo cargo de la defensa de Fabián Ojeda, el otro imputado tras la renuncia a
horas del juicio de quien venía desempeñándose como defensor Darío
Blanco.
Esta
historia macabra convulsionó la tranquilidad de una comunidad como la de Fuerte
Esperanza y por sus características de historia digna de un guion de novela
policial tuvo alto impacto en el ámbito provincial, incluso a partir de las
publicaciones llegó a ocupar importante espacio en los principales medios del
país.
Los
protagonistas, la madre y el padrastro, hoy imputados y acusados de dar muerte
a Daiana, de 16 años, cuyo paradero fue un misterio durante poco más de dos
años hasta que finalmente fue hallado, enterrado debajo de una cama.
Precisamente,
el quiebre del padrastro quien brindó referencias del hecho marcó el punto de
inicio de investigación de la causa, aunque a decir verdad la insistencia y el
propio seguimiento del padre biológico, interesado en saber el paradero de su
hija, le reclamó a la madre sobre esa situación, lo llevaron a levantar
sospechas sobre qué había pasado.
El hecho atribuido
En el
requerimiento de elevación a juicio, la fiscalía de Juan José Castelli que tuvo
a su cargo la investigación preliminar determinó que estando Daiana Ojeda
embarazada, su madre Manuela More y el padrastro Fabián Ojeda maltrataron a la
joven practicando todo tipo de maniobras abortivas con infusiones caseras con
el objetivo de provocar un aborto, propinando golpes en distintas partes del
cuerpo, principalmente abdomen ocasionándole con estos actos la muerte y
procediendo luego a cavar una fosa en el interior de una de las habitaciones,
donde finalmente fue hallada dos años después.
Dato contradictorio
Como primera
respuesta a la pregunta de Romero-el padre biológico de Daiana- su madre
respondió que la jovencita había ido en busca de trabajo aunque luego indicó
que estaba estudiando en la ciudad de Charata. Ese dato contradictorio fue el
punto de inflexión que levantó las sospechas.
Ello abrió
la puerta para que la policía del lugar comience a trabajar sospechando que la
jovencita había sido víctima de algún tipo de delito mientras al mismo tiempo
el padre biológico radicó la denuncia.
Esto llevó a
la detención de la madre y el padrastro, fue este último el que se quebró
finalmente y brindó detalles del lugar donde estaba enterrada la menor.
Macabro
En la
investigación a través de distintas testimoniales pudo conocerse que la
jovencita estaba embarazada y algunos de los testigos aportaron que la víctima
se encontraba “tomando algunos remedios para abortar”.
Incluso en
una ampliación de imputado, su madre, reconoció esta situación indicando que la
menor le había comunicado de un atraso y que se puso una inyección en Nueva
Pompeya.
El fatal
desenlace se produce cuando la menor habría estado en un avanzado estado de
gestación y de acurdo al testimonio de uno de los hermanos “mi mamá y mi
padrastro golpearon a Daiana” y brindó más detalles indicando “mi mamá le
tapaba la boca a Daiana y mi padrastro la golpeaba de puños y patadas en la
panza estando ella embarazada”.
Asimismo
indicó que “estuvo en cama dos días y luego a mí me enviaron a un campo y
cuando regresé Daiana ya no estaba” dijo uno de los hermanos en su declaración
en la fiscalía de Castelli.
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